Luis Carlos Bravo | Columna de opinión personal
El primer informe de gobierno del alcalde César Iván Sandoval Gámez está a la vuelta de la esquina. Y como suele suceder en este tipo de ejercicios, más allá de los números y los programas, lo que realmente retumba en los oídos son las palabras clave que un alcalde decide pronunciar. Esas frases que no solo resumen un año de trabajo, sino que también marcan el rumbo de lo que viene.
El protocolo del informe importa, claro que sí, pero en política lo que más trasciende son los mensajes entre líneas. Los días que siguen al informe suelen ser igual de reveladores que la propia rendición de cuentas: cambios en gabinete, ajustes en políticas públicas y, a veces, insinuaciones más profundas sobre lo que vendrá.
Uno de los rumores que más fuerza ha tomado en las últimas semanas es la intención del presidente municipal de buscar la reelección. No lo ha dicho públicamente, pero es un tema que ya corre de boca en boca entre pasillos políticos y mesas de café.
La situación se vuelve interesante si recordamos que el propio Morena, a nivel nacional, ha informado no estar de acuerdo con la reelección. Sin embargo, esa disposición entra en vigor hasta el año 2030, lo que deja abierta la puerta para que en este proceso aún pueda competir. Aunado a ello, César Iván Sandoval Gámez tendría la opción de emigrar al Partido del Trabajo o al Partido Verde Ecologista de México, aunque con sus debidas desventajas y costos políticos: si no empezar de cero, sí hacerlo sin el respaldo sólido de los grupos políticos que hoy le sostienen.
Y si Sandoval Gámez realmente quiere apostar por la continuidad, deberá mirar con atención el espejo más cercano: su predecesor, Santos González Yescas. Durante su primer trienio las cosas le funcionaron, pero en el segundo trienio, al hilo, la historia fue completamente distinta. La falta de renovación en su equipo, los errores de cálculo político y el desgaste natural del poder lo llevaron a cerrar con un saldo negativo. Esa es la lección más clara: la reelección no garantiza nada si no se acompaña de cambios profundos.
Por eso, el actual alcalde debe comenzar a tomar decisiones firmes respecto a su equipo. Es momento de deshacerse de la gente que no le suma, desde empleados de años, segundos a bordo, pasando por funcionarios de primer nivel. Y sí, incluso de piezas clave como el propio secretario del Ayuntamiento, Jacob Torres, quien hasta ahora no ha dado un solo tiro certero y representa más un lastre que un apoyo para la administración.
Si César Iván decide dar ese paso hacia la reelección, su informe podría convertirse en el punto de partida de una campaña no oficial. Cada palabra, cada cifra y cada promesa serán interpretadas no solo como parte de su balance, sino como una plataforma hacia adelante.
Por ahora, lo que nos toca es escuchar su informe. Ahí podrían estar escondidas las primeras señales de un proyecto que no termina en tres años, sino que busca alargar su vida política en la presidencia municipal.
Pero no hay medias tintas: el primer informe de César Iván Sandoval Gámez será o el trampolín que lo catapulte hacia la reelección, o la primera piedra en la caída de su propio proyecto político.





