LUIS CARLOS BRAVO
San Luis Río Colorado, Sonora a 28 de mayo de 2025.- Esta es una columna de opinión personal, lo sé. Por lo general, debería concentrarme en quienes ostentan un cargo público y cuyo sueldo emana del dinero del pueblo. Pero hoy haré una excepción. Hablaré del caso “Colectiver”, es decir, de la empresaria y generadora de contenido Diana Chacón.
San Luis Río Colorado es una ciudad tan pequeña que la mayoría nos conocemos. Muchos han sido testigos del crecimiento de Diana, de su esfuerzo constante y de lo que le ha costado llegar hasta donde está: triunfando y sirviendo de inspiración, dentro pero sobre todo fuera de nuestra ciudad.
Lo que pocos saben es que su intención inicial era crecer aquí, en su tierra, y luego extender su impacto hacia otros lados.
Sin embargo, Diana fue víctima de las envidias, de esa inseguridad disfrazada de poder que dan los sueldos públicos. En el Ayuntamiento pasado se le cerraron las puertas, con la expresa intención de impedirle brillar. Poco importó que sus eventos fueran exitosos y benéficos para miles. La consigna fue clara: no dejarla sobresalir.
Ante ese panorama, Diana optó por hacer lo que hacen los visionarios: moverse a donde su talento fuera valorado. Y fue así como Mexicali, la capital de Baja California, le abrió las puertas.
Allí, junto a un empresario local conocido como “El tío perico”, logró organizar eventos masivos en los que se impulsa a los emprendedores, dándoles un espacio digno para comercializar, conectar y aprender. Un auténtico ecosistema de colaboración y crecimiento.
El impacto fue tal, que la alcaldesa Norma Bustamante la invitó a formar parte de las Fiestas del Sol, como encargada del Pabellón del Emprendedor. Un espacio que llegó para quedarse.
Y no solo eso: recientemente, Diana fue una de las generadoras de contenido invitadas por el alcalde de Hermosillo, Antonio Astiazarán, a participar en las Fiestas del Pitic, llevando el nombre de nuestro municipio a lo alto.
Todo eso se lo perdió San Luis Río Colorado, por culpa de decisiones egoístas, donde el miedo a ser opacado pudo más que el deseo de ver crecer a nuestra gente.
Vueltas de la vida, mi estimada Diana. Ayer te cerraron las puertas. Hoy, desde lejos, les toca verte triunfar.
