Luis Carlos Bravo | Columna de opinión personal
Recientemente, el alcalde de Puerto Peñasco, Óscar Castro Castro, rompió el silencio sobre los rumores que circulaban en torno a su estado de salud. En una entrevista concedida a un medio de esa ciudad, el mandatario aseguró que se encuentra bien, que su condición es “de regular a buena” y que, como médico y parte del gremio de la salud, entiende perfectamente su diagnóstico.
Sin embargo, más allá de su estabilidad física, lo que realmente llamó la atención fue una frase que soltó al aire, casi con bisturí político: “Hay personas que están desesperadas porque yo me baje o pida licencia como presidente municipal Puerto Peñasco.”
Y ahí es donde empieza el verdadero tema.
El rumor y la lectura política
Durante semanas, en los cafés, chats y grupos de WhatsApp rocaportenses, se ha rumorado que Castro no llegaría a fin de mes como alcalde. La versión que corre es que “desde arriba” le habrían pedido solicitar licencia por un supuesto estado de salud grave. No obstante, el propio alcalde se encargó de desmentirlo, afirmando que su estado es estable y que seguirá al frente del Ayuntamiento.
Pero su declaración abre una interrogante inevitable: ¿A quién se refería el alcalde cuando habló de quienes ya sueñan con verlo fuera del cargo?
Tres nombres que suenan fuerte
En conversaciones con habitantes de Puerto Peñasco, libres de compromisos y con criterio propio, surgieron tres nombres que, con justa razón, llaman la atención, más allá de la competencia natural con personas de otros partidos o del mismo Morena pero de distinto grupo político.
El primero es el de la síndica municipal, Rosario Marlene Vega Grijalva, mejor conocida como Chary Vega. Aunque forma parte del equipo cercano del alcalde, la relación política entre ambos se habría tensado desde que Castro manifestó su interés en buscar la reelección. Para muchos, esa declaración cambió el tablero interno, pues quizá Chary ya se veía como relevo natural en caso de que el presidente dejara el cargo.
Desde entonces, en grupos de Facebook y chats locales, ha surgido una presión mediática hacia la síndica, con acusaciones que no mencionaré por respeto a su persona y porque carecen de pruebas verificables.
El segundo nombre es el del exdiputado del PES y actual regidor, Lázaro “El Chichí” Espinoza, un personaje conocido por su estilo franco y su habilidad para moverse entre corrientes políticas. Aunque no figura como uno de los más cercanos al presidente municipal, su nombre siempre ha estado en las quinielas ante un eventual relevo, especialmente ahora que se aproxima el año electoral.
Finalmente, en tercer lugar —pero no menos importante— aparece Alejandro Verdugo, secretario del Ayuntamiento. Se dice que ya no goza de la plena confianza del alcalde, aunque ha logrado sostenerse en su cargo. Y aquí hay un dato político que pocos mencionan: Verdugo es regidor suplente, lo que le da un margen legal para asumir la presidencia municipal si el actual alcalde solicitara licencia. Un “secreto a voces” que muchos en el Ayuntamiento ya conocen.
“No me voy”
Más allá de nombres y rumores, el mensaje de Óscar Castro fue un golpe medido, quirúrgico, como quien advierte sin señalar. Su frase “No me voy” es el reflejo del momento político que vive Puerto Peñasco: una mezcla de incertidumbre, reacomodos y ambiciones anticipadas rumbo a la siguiente contienda electoral o bien, a un sorpresivo relevo ante del 2027.
Y aunque el alcalde insiste en que su salud va de “regular a buena”, lo cierto es que su gobierno atraviesa un momento de prueba. La lucha por la silla municipal ya comenzó, y el “vehículo presidencial” del que habla Castro parece tener más pasajeros queriendo tomar el volante de los que él mismo imaginó.
Quien iva a pensar que atravesar por una enfermedad y un estado de salud inestable le daría al Alcalde la oportunidad de medir a esos a quienes invita a comer en su mesa, y que presume como amigos pero tal vez no lo son.
Mientras, el círculo rojo de Peñasco se sigue saboreando el café del día con el tema, el resto de los habitantes del puerto solo desea que haya recolectores que pasen por su basura cada semana, que la contaminación del basurero se detenga, entre otras cosas.

Óscar Castro Castro, alcalde de Puerto Peñasco, asegura que su estado de salud es estable y que seguirá al frente del Ayuntamiento. / Cortesía





